La realidad es la que es. Hoy por hoy vivimos el resultado de las incongruencias y barbaridades que se manifiestan en la narices de sus protagonistas. Que lo vea quien quiera verlo.
Hoy toca transitar la triste historia del idiota, el manipulador y los obsecuentes.
Las consecuencias nefastas de un accionar mediocre, lleno de mentiras , mezquindades y envidias.
La aceptación inconcebible de esta situación (a excepción de muy pocos) de una sociedad atontada, complaciente, dispuesta a cualquier cosa a cambio de un miserable mendrugo.
I G N O R A N C I A. Ese es el común denominador.
Si algún día estos personajes llegan a tomar conciencia del papel que están desempeñando, otra será el futuro de este magnífico lugar. Es muy difícil, pero la vida es tan maravillosa y sorprendente que hasta este "milagro" se puede producir.
Por la vuelta.
Susana y Ruben