¡Corre!, dijo la tortuga ...¡atrevete!, dijo el cobarde ...estoy de vuelta dijo un tipo que nunca fue a ninguna parte...J. Sabina.
...y si, que fácil es decir desde fuera lo que es bueno o malo, que fácil es opinar...es gratis. Un defecto muy español, o muy humano el opinar de todo, que se conozca y que no se tenga ni la mas remota idea. Tengo la sensación de que cuando alguien mas habla sobre algo y mas “pontifica” a la hora de expresar sus argumentos sobre algún tema en concreto, en esos casos, algo no huele bien. Deberíamos pensar lo que decimos antes de decir lo que no pensamos y creemos saber.
Como dice la misma canción de Sabina... ¡drogas no!, dijo el camello... ¡buena suerte! dijo el gafe... ¡hoy es jueves!, dijo el martes...
Esta de moda hablar en voz alta y sin tapujos, de cosas que en muchas ocasiones la gente se atreve a juzgar sin conocer en profundidad un caso en cuestión. A veces duele oír comentarios que no nos afectan directamente, de personas trabajadoras, buenas personas, honestos, responsables, competentes, comentarios injustos hacia ellos.... Es ley de vida y tenemos que comprender, que todo tiene otro punto de vista totalmente contrario al que uno cree, dependiendo del prisma con el que se mire.... para gustos los colores.
Aun así, resulta descorazonador ver ciertas actitudes, aptitudes perdidas e ilusiones echadas a la basura, por culpa de, en un momento dado, la gran mediocridad que puede desbordar y ahogar a la mayor de las ilusiones y las ganas de trabajar de cualquier persona. Entiendo que, para cierta gente, pueda resultar difícil tirar para adelante, ya no por las dificultades propias por ejemplo, de una crisis, si no por la sensación clara de ver que, ciertas personas cercanas, o vecinos, van a hacer todo lo posible para que alguien o algo fracase. Y esta sensación cuando se siente, es triste. Quien la sufre, tiene que mantener fuerte sus convicciones y ganas de trabajar, para seguir adelante, creyendo fielmente por lo que trabaja, y no pensar en que en el futuro, nadie reconozca su trabajo. Puede ser que los vientos cambien y la gente que se deja la piel y da lo mejor de si en su día a día, algún día vea su recompensa hecha realidad. Cuando hablo de recompensa, no hablo de dinero ni de hacerse rico, si no de una recompensa mucho mas interesante como que, de una vez por todas, nos dejen trabajar en paz, aunque no nos reconozcan nuestro trabajo, aunque no nos ayuden en lo que necesitemos, por lo menos, que no nos pongan “trampas” para hacernos perder los papeles, y así, simplemente, poder centrarnos en nuestro trabajo, y poder llevar nuestra vida sacándola adelante lo mas dignamente posible.... Esto último ya es un arduo trabajo que, por si solo, ya requiere de mucha entrega, sentido común y algo de suerte...aunque un amigo siempre me dice, que en muchas ocasiones, mas que suerte, lo que hace falta es justicia...
¡Pruebame!, dijo el veneno....¡se que ha sido tu!, dijo el culpable... J. Sabina
Saludos
Javier Pérez
