Cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da, nada es más simple, no hay otra norma, nada se pierde, todo se transforma...“Jorge Drexler”
Si lo pensamos en nuestra vida, en nuestro día a día, podremos ver que todo lo que uno hace bien o mal, todo se vuelve hacia nosotros mismos. Cuando más generosos hemos sido, mas lo han sido con nosotros, cuando más nos han “fastidiado”, más susceptibles y reaccionarios hemos sido, cuanto más cariño hemos recibido, mas cariño hemos dado.
... cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da.
Cómo organizar en nuestras cabezas, ideas, proyectos, futuro....¿en base a que?
¿A quien tenemos que mimar?
¿A quien tenemos que atender?
¿A quien tenemos que apoyar?
¿A quien tenemos que evitar?
Esta claro que estas preguntas, algunas, son de fácil solución, sobre todo cuando nos referimos a los amigos, familia, seres queridos...pero, cuando nos salimos de estas personas cercanas que queremos, tenemos que saber que parámetros son los que nos tienen que importar para actuar en una dirección u otra, dependiendo de las diferentes situaciones. Me estoy refiriendo al día a día, a nuestra vida diaria. Existen muchas situaciones donde uno tiene que apostar, rechazar, evitar, múltiples acciones en donde uno u otro, no le queda mas remedio que decidir sobre cualquier tema que nos plante la vida. Quizás, desde mi punto de vista, el único denominador común a las respuestas de las preguntas formuladas es, LA HONESTIDAD. Partiendo de esto, los errores que podemos cometer adquieren otro “tinte”. No es lo mismo equivocarse en algún proyecto o idea planteada, si partimos desde la honestidad de nuestros actos e ideas, que equivocarse desde otros parámetros menos nobles.
Añado que, probablemente, el que se equivoca partiendo desde la honestidad de sus actos, puede que haga autocrítica, y le valga para el futuro, cosa que dudo que le ocurra al que actúa por otros intereses más turbios. La mejor manera de aprender en la vida es equivocándose...esa es la mejor lección. Cuando de pequeño escuchaba este argumento, me deba mucha rabia, y pensaba.....¿Es necesario equivocarse?... no quería equivocarme. Con el paso de los años y desde mi experiencia en la vida, ahora tengo claro que SI... equivocándonos aprendemos.
Nos podemos equivocar en la elección de trabajo, en la elección de pareja, a la hora de votar, en apoyar un proyecto empresarial.... Pero para que estas equivocaciones sirvan para algo, debemos de permanecer despiertos, para que cada error, nos valga para algo, para actuar, para cambiar, para volver a intentarlo en otra dirección... jamás para quedarse estáticos. Siempre hay gente que quiere que nada cambie...cuando planteamos algún proyecto de cambio, y alguien nos dice: Esto es así, y no se puede cambiar, por dentro pienso, ¿cómo que no?, TODO se puede cambiar, solo es cuestión de trabajo, imaginación y sobre todo, QUERER que las cosas cambien.
El título de este articulo y el texto de Jorge Drexler, tiene que ver mucho con lo que hacemos en nuestro día a día. Todo lo que hacemos pasa factura, es una rueda. Lo bueno como amar, querer, apoyar, respetar, apostar....todo, absolutamente todo, nos volverá, probablemente multiplicado por dos, y al reves también. Las situaciones turbias y poco honestas y en una dirección menos noble, también nos van a rebotar y nos van a hacer daño... Nadie perderá mas que nosotros mismos, nos haremos un flaco favor.
En estos tiempos de crisis, donde mucha gente se queja de todo, ahora cuando muchas personas pueden estar tocando fondo, ahora es cuando tenemos que aprovechar ese fondo, donde hacemos pie, para impulsarnos con mas fuerza y salir a flote...Vamos a apostar por querer cosas nuevas, querer que las cosas cambien...vamos a equivocarnos en nuestras decisiones, no tengamos miedo...
Si nos sale bien las apuestas, genial, y si nos salen mal, tomaremos nota y aun así con nuestras equivocaciones, sacaremos una lectura positiva...
...habremos aprendido la lección.
Saludos
Javier Pérez
No hay comentarios:
Publicar un comentario